jueves, 6 de marzo de 2008

Tú ¿Vales Ka?

Una peda dividida en cuatro actos...
Parte 1

Clásico, hay toquin en la Facultad organizado por el CGH para liberar al Mosh... Clásico, no tenemos dinero para el bote... Clásico, queremos chupar pero apenas juntamos poco y somos cómo 6 cabrones... Clásico, a comprar chupe barato y apendejador, o era Mezcal, o era Vodka.

El que esto escribe ya había tenido una mala experiencia con el mezcal (a quién se le ocurre comprar un garrafón de 5 litros para beber en dos o tres horas? -afortunadamente, nos duró unas 3 o 4 pedas ese garrafón-); por lo tanto, hoy es día de entrarle al vodka barato. ¿Qué tan malo puede ser un litro de vodka de veintitantos pesos? L-E-T-A-L.

Nos echamos dos pomos de a litro de un vodka llamado Valeska, presentación en botella de plástico, tipo refresco desechable, lo agitabas y salía gas!!!!; pero eso no impidió que le entraramos con fiereza (era a la carrera, yo tenía exámen a las 8 de la noche), lo que sea con tal de no entrar a clases, ponernos hasta el gorro y ya lanzarnos a nuestros aposentos...

Pero no, 5 vasitos de esa madre, revuelta con jugo de naranja, hicieron la delicia de nuestras compañeras, unas risa y risa, otras encabronadas porque teníamos aquel exámen y ya me veían con ojos de "pinche David, no mames, tienes exámen y estás hasta tu madre, Nelson te va a regañar" Nelson, era nuestro profesor de Taller de Periodismo 2, cubano y con unos 150 kilos de rock con el que tendríamos el fatal exámen de dos trepidantes preguntas...

Los actos de esa peda, no empiezan con la peda en sí, sino que empiezan cuando la peda acabó.

A las 8 en punto, llegué cómo pude al salón del edificio B en el que tendríamos el exámen, las amigas seguían risa y risa, o movían la cabeza en señal de desaprobación... yo, sinceramente ni las pelé, no sea que me vaya a caer, jeje. El exámen, comenzó sin contratiempos, dos pinches preguntitas, lo acabé en 5 minutos. El problema, es que si eras de los primeros en acabar, una de dos, o te quedabas a esperar a tu banda o le pedías permiso al profesor para que te dejara salir -no le iba a decir, y mucho menos si estoy bien pedo, decidí esperar.

Error!!!!, en un minuto, empecé a notar que el profesor rebotaba por las paredes (me alivió una milésima de segundo, pues pensé que el pedote era él); me estaba durmiendo y me pasó lo de cada peda cuando cierras los ojos, te subes a la montaña rusa y todo se pone feo. Con la guacara a punto de salir, levanté la mano para que Nelson me dejara salir al baño. Me dió chance, pero hasta el momento creo que lo hizo para que no embarrara a mis compañeros, o para que no le ensuciara el piso del salón.

Media hora en el baño para sacar todos los demonios, mis amigos salieron del exámen y yo seguía vomitando, me encontré con ellos y regresamos a la explanada, ahí seguían los otros cuates con los que probé el vodka... traían una peda elevada a la N potencia, pero nada qué lamentar... ajá. Dije: ya hice mi exámen, ya vomité, ya estoy bienhgggggggrrraaaaaaaaaggggggg!!! mientras bautizaba una de las campanas de basura...

Lo peor, cuando llegamos al metro, -ahí se dividiron las otras tres historias- mientras yo agarraba rumbo con el Sensei, nos trepamos al metro y parecía que todo era felicidad... nos sentamos y el Sensei habló:

- Pinche David, traes una cara de no mames, cómo te sientes?
- La neta, mal, no le vuelvo a entrar a ésta madre...
- Chido, mira, yo me bajo en balderas y tu te sigues a tu casa, duérmete y cuando yo me baje te aviso... por favor cabrón, vas a la Raza, no te sigas hasta Indios Verdes...
- Ok...
- Duérmete, nada de vomitar aquí...

Y que se arranca nuestra limo naranja, el jaloncito que siempre se siente cuando estás en el metro es la muerte cuando vas hasta tu madre, todo se me revolvió y aguante sólo una estación sin decir nada, pero el Sensei se dió cuenta y me empezó a cagotear:

- No mames David, no me salgas con que vas a vomitar otra vez...
No le contesté, preferí seguir con la boca cerrada, si la abría tantito bañaba a todos...
- Ya sé!!!, nos bajamos - me dijo el Sensei-
Mju, le contesté
- Aguanta pinche Daviiiiiiiiiiiiiiiiiid

No soporté más la presión, apenas se abrieron las puertas en Viveros, abrí la buchaca y salió pura espuma, no sé, vomité fácil un litro de espuma (nuestro error fue agitar los pomos para sacarles el gas); el Sensei me sacó a la calle y me discutió un refresco de toronja, quesque para que amarrara.

El camino a casa ya fue más tranquilo, mi cuate se bajó en balderas y yo iba despierto... hasta ahí, porque bien me lo dijo antes, - No te duermas - ... y que me despierta un policía hasta Indios Verdes, lugar en que nadie en la vida le ha mentado la madre a un poste, un perro, un árbol y su propia sombra en la misma noche...

1 comentario:

Anónimo dijo...

NI PEDO QUE FEO ES ESO DE VOMITAR A MI NO ME HA TOCADO HACERLO EN EL METRO PERO SI EN LA CAMIONETA DE MI JEFE...

ASI SON ESTOS GAJES DEL BORRACHIN!!!