viernes, 29 de febrero de 2008

¡¡¡TRES TREQUILAS POR FAVOR!!!!

POR CAKEMAN

El Javier y yo agarramos la bonita costumbre de vernos los miércoles para ponernos hasta la madre. Uno de esos aciagos días de media semana, el abuelo, como algunos conocían a Javier, me llamó a la oficina:

-Qué onda wey, hay evento.
-No mames, ¿a poco hoy no vamos a chupar?
-No seas pendejo. Vamos a la presentación del disco homenaje a José Alfredo Jiménez. Va a patrocinar Cuervo, así que ya te imaginarás…
-Simón, edecarnes sirviendo tequila…¿a qué hora nos vemos?

Unas horas después pasé por el héroe de esta historia a las instalaciones del diario cultural donde decía que trabajaba. Ya reunidos buscamos la caribe que en aquellos años conducía y nos dirigimos al Salón 21(Vive Cuervo Salón). Llegamos. Al entrar al salón un par de suculentas edecanes nos recibieron con sendos caballitos de tequila. Los ojos del Javier se iluminaron. Cómo el tipo es bastante conocido en su medio pos se puso a saludar a casi todo wey o vieja se le atravesaba. Yo lo seguía enfilándome los tequilas que las bellas edecanes me servían. Eso si, cada que terminaba uno, procuraba ir guardando el pequeño vacito donde nos servían el pegol en una mochila. Total que horas después ya andaba cargando, más que una mochila, una sonaja. Pero nadie nos pregunto por el sonido de los cristales y las bellas meseras nos seguían dando caballitos con tequila. Pero no perdamos el hilo…

Cansado de andar atrás del Javier, tomé lugar en una mesa de la zona VIP casi a un costado del escenario. Busqué al abuelo sin lograrlo y la hueva me impidió buscarlo. Para qué. Ya andaba medio pedón y apenas estaba tocando Moenia (esos grupos sólo pedo los soportas). Decidí bajar el ritmo de mi ingesta alcohólica y darme un taco de ojo con las falditas y escotes de las viejas éstas que servían el chupe. Momentos después llega el abuelo tras de mi:

-Qué pedo wey, ¿cómo andas? Yo voy a agarrar una peda cabrona.

Se fue. Creo que fue a platicar con otra reportera que estaba en una mesa contigua. La onda es que después de un rato lo perdí de vista otra vez. Comenzó a tocar Cártel de Santa y yo seguía sin ver al abuelo, hasta que cantaron la de “Ella”. ...no se si me explico, cuando el dinero falta las mujeres vuelan como los pajaritos... llegó rapeando el abuelo y le hice segunda. En eso, me dice el wey, en un tipo de lenguaje muy parecido al español:

-No mames, estoy agarrando una peda…

Se te nota cabrón. Pos acabó de tocar Cártel de Santa y el Javier se volvió a perder. Por aquellos ayeres Moderatto no estaba tan de la chingada por lo que nos gustaba echar desmadre en sus conciertos y justamente esos weyes iban a cerrar el evento.
Pos al primer guitarrazo, que me bajo de la zona VIP. El Javier llegó de madrazo, me abraza y balbucea un:

-¡Traigo una peda!

Y neta. El wey estaba totalmente ebrio. Aunque todavía guardaba el equilibrio. Comienza la primera rola. El Javier me grita al oído:

-Wey, ¡consígueme tres trequilas!
-No cabrón, ya estás muy pedo.
-¡Oh!- y que se va.

No acababa la rola cuando regresó con, efectivamente, tres trequilas. Los acomodó en fila en el piso y comenzó a mover la mata emulando un rehilete. Me di cuenta porque sentí un airecito del cual desconocía su procedencia (pensé que habían abierto las ventanas) hasta que vi al abuelo mateando con una energía pasmosa. Unas chicas volteaban a vernos tímidamente pero con risa.

Pos el concierto acabó pero el Javier seguía rockeando… con el audio ambiental…

-Wey ya vámonos.
-Neeellll, ¡todavía no se acaba!
-Ya se acabó, man. Vámonos
-Que no weeeeyyy. ¡No ha acabado!
- A ver cabrón, ¡¿quién está tocando!?
- Este… ah…no pos mejor ya vámonos.

Como pudimos llegamos a la caribe. Tomamos camino hacia mi casa y el Javier balbuceó que se sentía mal. Comenzó a aventarse esos eructos profundos que avisan que el excorsismo del alcohol se aproxima. Y si. De madrazo un torrente de comida procesada salía de la boca del abuelo que sólo alcanzaba a lanzar pequeños pujidos. Se estaba bañando en su propia guácara. El olor era tan fuerte que me vi obligado a bajar un vidrio a pesar del frío e intentaba aguantar la risa.

En eso me percato que la nave se quedaba sin combustible. Despierto al Javier, que ya venía medio dormido para pedirle lana. El wey como pudo sacó un billete de 50 de su cartera y me lo dio. Todo esto visto por el despachador que puso una cara de no mames qué asco.

Estábamos como a 5 minutos de mi casa y el Javier comenzó a vomitar de nuevo. Sólo que ahora esta un poco más conciente. Le dije: man, inclínate, orden que acato a medias porque sólo bajó la cabeza. Pos se atascó más. Y lo peor fue que en una de esas se empezó a ladear y que vomita sobre la palanca de velocidades. Puta madre. Pos con un trapito hacía los cambios.

Ya en mi casa el wey se rehusaba a que le ayudara a caminar, necedad que pagó dándose un madrazo en el suelo. Y pues ni modo de acostar al Javier todo guacareado. Pos lo cambié y le puse ropa limpia. Chale.
Al día siguiente, el Javier despertó fresco como una coca de congelador. No me siento mal, recuerdo que me dijo. A los 10 minutos, la cruda lo atacó salvajemente. ¡Me siento mal!, gritaba el pobre. Desayunamos. El wey se tomó creo que dos litros de jugo de manzana. Pero lo que no tuvo madre fue la expresión de su rostro cuando abrió la puerta de su carro. La imagen la tengo tatuada en mi nebulosa, me cae. El cabrón abre la puerta, pela los ojos, se lleva las manos a la cabeza y exclama: ¡Mi carro! con un dramatismo que ni Cate Balnchet hubiera logrado.

Días después el Javier me contó que cuando llevó a lavar su carro, de pendejo lo limpiaba él, y ante la pena, le dijo al lavador: “mi pinche amigo bien borracho me vomitó el carro…” Vil mentira.




El Dios-alcohol nos transporta a otras dimensiones y sólo pide en sacrificio una doncella-neurona.

5 comentarios:

Davicho dijo...

Eso pasa por no invitar!!!!
Jajajaja, ya me imagino, el Cake vistiendo cual Niño Dios al Niño Diablo...le pusiste talquito?, le limpiaste su boquita?... qué cosas!!!

Si no fuera por Gaby, ustedes dos ya se hubieran empujado las tripas...
jajajaja

:)

Davicho dijo...

y la Gaby dice:

25 veces escuchada y ahora también escrita!!!!! yaaaaaaaaaaaaaaa!!!! otra peda por favor...

David tu no sabes en realidad lo que paso... El Abuelo realmente no se acuerda de absolutamente nada...

Davicho dijo...

Orale, tantos años y al fin sé qué quiere decir la J.

wmanguiano dijo...

Consejo gratis vestiduras de plastico y sin alfombrar,asi tría mi nave dodge 71 con la que rokeaba con la raza total cualquier accidente y un mangueraso de agua en alguna gas o casa y se acabó el pedo, a los que se jeteaban los pasaba a recargar en la puerta de su casa,tocaba el timbre y a correr banda!!!

Arturo J. Flores dijo...

si.. es verdad.
No recuerdo nada.
¡¡¡¡pero confío en mi amigo!!!
sé que no me hizo nada...
¿verdad, cake????